sábado, 14 de mayo de 2011

Continuación del Bloque IV: Clasificación de los cuentos folclóricos.



En la siguiente diapositiva encontramos la clasificación de cuentos folclóricos que hicieron tres autores:



Fue en el S. XIX cuando se empiezan a interesar por los cuentos folclóricos, pero no fueron objeto de estudio hasta la mitad del S.XX. El primero de los folcloristas (personas que se encargan de analizar y estudiar este sector) fue Vladimir Propp (autor que seguía una corriente de carácter investigador denominada estructuralismo). Publicó un libro llamado: “Morfología del cuento”. Quiso estudiar los componentes, las estructuras de los personajes, de relaciones y también de sus cuentos folclóricos rusos. Empezó recogiendo cuentos, datos, un número importante de cuentos para ver si había algunos que tenían relación en su estructura,… Le preguntó a sus amigos acerca de cuentos, y lo que hacía es ir con un cuadernito para recopilarlos mientras se los contaban aunque intentaba ser lo más objetivo posible. Pero como recogió tantos, y no podía trabajar con todos ellos, llegó a la conclusión de que los tenía que clasificar y eso es lo que finalmente hizo.


Vladimir Propp (1895-1970)





Esta clasificación era funcional y los separó en cuatro tipos:



  1. Mitos: Son textos de origen religioso, que nacen de religiones que ya se han perdido y por este motivo se consideran textos folclóricos. Se fundamentaban básicamente en creencias religiosas que con el paso de los años han muerto y se han quedado en historias falsas que tratan de explicar a través de historias sencillas para el pueblo, hechos naturales, sociales o psicológicos. La principal característica es que los personajes de los mitos son dioses o héroes. Un claro ejemplo de explicación psicológica fue la historia que nos contó la profesora en clase sobre Cupido y Psique.




  1. Textos o cuentos de animales: Como su propio nombre indica son cuentos cuyos protagonistas son animales y representan seres humanos, como por ejemplo: “Los tres cerditos” ó “Los siete cabritillos”.






Dentro de estos cuentos de animales encontramos los cuentos folclóricos que se contaban en casa para entretener las tardes, no con un afán didáctico ya que no tenían moraleja aunque luego las personas podían sacarlas o no. Además también entraría dentro de este tipo, un cuento especial de cuento folclórico que responde al nombre de Fábula. Las Fábulas son historias con moralejas y la mayor parte de ellas tienen como protagonistas a animales aunque hay algunos que no como puede ser el caso de: “La lechera”. Esos animales que aparecen en las fábulas no solo representan a seres humanos sino a arquetipos humanos, por ejemplo cuando en una fábula aparece un zorro simboliza la astucia, sería el arquetipo de persona astuta. Otra característica de las fábulas que la caracteriza es que siempre llevan moraleja, a diferencia de los cuentos de animales. El primer recopilador de fábulas de la antigüedad que existió fue Esopo en Grecia, pero éstas sí que fueron didácticas y moralizantes y las puso por escrito para que no se perdieran. En la Edad Media en España también tenemos un cuento que está lleno de fábulas y otros textos didácticos que se llaman “Apólogos” (textos didácticos con moralejas donde no son animales los protagonistas sino personajes humanos), todos ellos con sus moralejas correspondientes se llama: “El conde Lucanor” que lo escribió Don Juan Manuel, pero los textos que incluye no son suyos sino que también son recopilaciones y él lo que hace es inventarse una historia que es la que junta todos los cuentos. Las fábulas y los apólogos sí que se han recogido durante mucho tiempo, sin embargo los cuentos de animales como se contaban en las casas  de los pueblo hasta hace relativamente poco, como hemos dicho anteriormente, no se han interesado por ellos y no se han recogido.






Otra cosa muy importante que tendríamos que tener muy en cuenta para cuando seamos maestras es que los adultos jamás deberían de añadir una moraleja para los niños sino que deberían de ser ellos los que sacasen sus enseñanzas, a través de preguntas que les podemos hacer después de leer esos cuentos.  


  1. Los cuentos de fórmula: Como su propio nombre indica tienen fórmulas que se repiten que plantea una pequeña dificultad porque para contar estos cuentos te tienes que aprender de memoria las fórmulas que se van repitiendo porque si no se pierde la gracia del cuento. Sí que son cuentos específicamente pensados para niños. Podemos encontrar varios tipos de cuentos de fórmulas como los cuentos mínimos (Este era un gato con la orejas de trapo y el culo al revés quieres que te lo cuente otra vez) que sirven para tomar el pelo a los niños (¿Quieres que te cuente el cuento de lava que nunca se acaba?) y son textos folclóricos y no en verso, porque no tienen rima. También son cuentos de fórmula los cuentos acumulativos como: “El gallo quirico” y además del folclore español nos encontramos con: “La ratita presumida”, en donde se repite la misma estructura, pero a su vez también este cuento sería un cuento de animales.



  1. Los cuentos de hadas: Vladimir Propp lo llamó también cuentos maravillosos. Dentro de este bloque Propp no mete solo aquellos en los que aparece un hada sino, aquellos cuentos en los que aparece cualquier personaje que tenga cualidades mágicas sea bueno o sea malo, de creencias paganas que tenían los celtas. Un cuento de hadas por ejemplo es “Cenicienta” porque sale un hada madrina, “El zapatero y los duendes”,…



Por otro lado, la profesora nos explicó que nos podría servir mejor la clasificación de Gianni Rodari que la de Propp para nuestro futuro. Este autor se dedicaba a trabajar la fantasía y la creatividad de los niños, y creía que una forma de favorecer esta creatividad era contar cuentos folclóricos y por este motivo hace su propia clasificación de los cuentos folclóricos y los dividió en tres tipos:



  1. Cuentos de animales similares a los de Propp.


  1. Cuentos mágicos similares también a los de Propp: Aquí Rodari mete los mitos, las historias de milagros, las leyendas sobrenaturales.


  1. Cuentos de bromas y anécdotas: Son chistes alargados que cuentan con partes cómicas, de humor.

La última clasificación que tenemos es una clasificación de una de las primeras cuentacuentos que existieron y que fue la británica Sara Cone Bryant. Su clasificación la hizo pensando que cuentos les podía contar a los niños de distintas edades (3-5 años, 5-7 años y por último niños mayores de 7 años). Ella consideraba que no se les podían contar cuentos a niños de 3 años. Clasifica los cuentos a partir de su propia experiencia.


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